¿Sabías que dentro tuyo vive un niño o una niña? No importa la edad que tengas ahora, porque en zonas profundas de tu ser habita una niña o un niño y su estado psicológico determina emociones o sentimientos predominantes, formas de reaccionar, importantes rasgos de tu personalidad y muchas experiencias que estás viviendo o atrayendo a tu vida de adulto.

Desde que estamos en el vientre de nuestra madre, en una profunda conexión vital con ella, nuestro cerebro está almacenando impresiones emocionales y afectivas que se guardan en un cerebro emocional límbico. En el momento del parto se produce nuestro primer choque emocional, por la salida a un mundo extraño y amenazante muy diferente aquel tibio acuático y protegido donde habitamos por nueve meses.

Cualquier situación que afecte fuertemente a un niño, de aparición brusca, que no se está capacitado para comprender, y que provoque un impacto emocional intenso es considerada un trauma, estas experiencias no se recuerdan conscientemente, porque quedan reprimidas en la memoria del inconsciente como una forma de evitar dolor y sufrimiento, sin embargo, el bloqueo energético que producen persisten nosotros para siempre, afectando nuestras vida adulta.

Como así también quedan en nuestro inconsciente las Heridas de la Infancia que en la edad adulta bloquean nuestra vida.

¿Por qué perdemos el contacto con nuestra niña interior?

Porque durante nuestra infancia la circunstancias que nos rodearon nos enseñaron muchas cosas, pero a muchos no nos enseñaron cómo creer, confiar y amar lo que somos. No nos los enseñaron porque quienes nos educaron tampoco lo sabían y hacían lo que podían para que fuésemos felices, o al menos que no nos faltara lo indispensable. Pero como ellos no sabían cómo amarse a sí mismos tuvieron muchas actitudes, dijeron muchas cosas e hicieron otras tantas, que minaron nuestro amor y dignidad conforme fuimos creciendo. Este niño se quedó atrás, escondido en algún lugar de nosotros, esperando que le demos esa atención, cariño, respeto y aprecio que perdimos en algún momento nuestras vidas. Transmitiendo inconscientemente una herida.

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies.

ACEPTAR
Aviso de cookies